¿La verdadera solución al cambio climático es reducir el costo de las energías renovables no convencionales hasta lograr hacerlas competitivas frente a los combustible fósiles?
Bjørn Lomborg es un profesor visitante en la Escuela de Administración de Empresas de Copenhague y director del Centro de Consenso de Copenhague. Sus tesis sobre la inviabilidad de adelantar con éxito la tarea de eliminar o reducir drásticamente la contaminación ambiental y salvar al planeta, es absolutamente razonable. Sus argumentos no son para nada deleznables.
- En concepto de Bjørn Lomborg, nos estamos llenando de declaraciones grandilocuentes, de promesas inalcanzables en materia de reducción drástica de las emisiones de dióxido de carbono antes del 2050.
- Lamentablemente, nos preocupamos, no sin razón, por el cambio climático, pero en la práctica muy poco están las empresas, las personas y los estados dispuestos a invertir en la tarea de frenarlo.
- Los estadounidenses pagarían, según Bjørn Lomborg, hasta 200 dólares, los chinos cerca de 30 dólares, ambos al año, para combatir el cambio climático. Muy poco comparado por ejemplo con lo que estarían dispuestos a invertir en rubros como educación, salud o empleo.
- Solo un tercio de los alemanes apoyaría el pago de un impuesto para reducir el dañino efecto del desarrollo sobre el medio ambiente.
- Los británicos, a modo de ejemplo -pero de seguro muchos de nosotros, en otros países- son citados como poco propensos a reducir el uso del carro, los viajes en avión o el consumo de carne, a cambio de mejorar las condiciones ambientales.
- Los “chalecos amarillos” habrían obligado al presidente Macron en Francia a echar para atrás una medida impositiva que afectaba el uso del automóvil en áreas rurales dependientes de su uso.
- De los 185 países que ratificaron el acuerdo climático de París (2015), sólo 17 lo estarían cumpliendo.
- Cumplir con el objetivo de emisión neta cero de CO2 implicaría un elevadísimo costo. En la Unión Europa se estima que hacerlo en el 80% de aquí al 2050 implicaría un costo anual promedio de 1,4 billones de dólares. A México le significaría, también como objetivo para ese mismo año, pero sólo en lo equivalente a un 50%, entre el 7 y el 15% del PIB. A Nueva Zelanda reducirlo a cero y mantenerlo de ahí en adelante, la llevaría a cifras equivalentes a su actual presupuesto anual.
- La razón de ese alto costo, es, según Bjørn Lomborg, la alta dependencia de la economía de los combustibles fósiles.
- Y acá viene una consideración de altísima importancia, para Bjørn Lomborg, las fuentes de energía alternativas, ecológicas y solar, todavía no son competitivas. Y además, advierte, que forzar el paso hacia las mismas agravará el crecimiento y la pobreza energética.
- La generación solar y eólicas, juntas, apenas aportan el 1% de la energía mundial y, según la Agencia Internacional de la Energía, apenas se llegará al 4,1% en 2040.
- Vaclav Smil, un experto en energía, afirma que: “hablar de una transición veloz hacia una sociedad descarbonizada es una tontería”, y más aún, también habría dicho que: “ni siquiera una adopción muy acelerada de las fuentes renovables reducirá el papel de los combustibles fósiles a un lugar minoritario en la oferta global de energía en un tiempo cercano, y seguramente no en 2050”.
- La solución al cambio climático es conseguir que las energías renovables no convencionales disminuyan sus costos y compitan con los combustibles fósiles.
- En consecuencia, lo que debería hacerse en incrementar la inversión en investigación y desarrollo para abaratar la generación de ese tipo de energías.
- El Consenso de Copenhague concluyó que se necesita un gran aumento de la inversión en energías renovables no convencionales, solar y eólica entre ellas, hasta por lo menos alcanzar el 0,2% del PIB global.
Fuente: Una visión contestaría: ‘Reducir emisión de CO2 es inviable’. Bjørn Lomborg expone una visión polémica ante constantes llamados para revertir el daño ambiental. El Tiempo. 3 de noviembre de 2019.
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